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¿Qué me voy a encontrar al empezar la terapia?

Las razones por las que empezar un proceso terapéutico son muy variadas, pero es una decisión delicada e importante, donde nos pueden abordar muchas dudas.



Empezar un proceso terapéutico no es un paso fácil, pues nos pueden asaltar muchas dudas y muchos miedos. ¿Qué le cuento? ¿Y si piensa que lo que me pasa es una tontería? ¿Me va a hacer hablar de mi infancia?. Sin embargo, dar el paso, aunque solo sea de hacer una búsqueda rápida en google, ya es un gran paso. Pues percibimos y sentimos que algunas cosas nos generan malestar o no lo estamos gestionando de la forma más adecuada, y hacerlo, es el primer paso en nuestra recuperación.


Una vez que hemos decidido contactar con un profesional, solo queda esperar y ver cómo va a ser. Y tranquilo, no vamos a preguntarte por tu infancia en la primera sesión.


¿Qué te vas a encontrar en la primera sesión?

La primera sesión es importante, pues vamos a conocer a alguien en quien vamos a confiar para que nos ayude con nuestro malestar y nuestros pensamientos más íntimos. Por lo tanto, los profesionales nos esforzamos por ofrecer un espacio acogedor, cómodo y seguro.


Tras una breve recogida de datos como tu nombre completo, edad u ocupación, cada profesional recopilará la información necesaria para hacerse una idea del problema que se le presenta o de cómo le afecta al paciente. Por esta misma razón, es importante que expreses libremente qué es o crees que es lo que te genera malestar y cómo te afecta en tu día a día. Y no hay problemas más o menos válidos, porque en consulta lo que cuenta es cómo te sientes y cómo te afecta. Los profesionales estamos para ayudarte y comprenderte, no para juzgarte.


Tras la presentación del problema, puedes encontrar que el profesional te deje hablar y contar todo lo que quieras, o que te vaya haciendo preguntas más específicas, sobre todo acerca de tu entorno y tu estilo de vida, y comprobar qué factores pueden estar empeorando o perpetuando la situación. Eso será en función de cada profesional, y no lo hace ni mejor ni peor, simplemente es su forma de trabajar.


Hay que destacar que los psicólogos trabajamos de una manera paulatina, y que el objetivo siempre es ayudarte a mejorar en el afrontamiento de problemas o la gestión de éstos, y no la solución explícita del profesional. Por lo tanto, es normal que tras la primera consulta no obtengas una solución instantanea, ya que ese no es nuestro trabajo, ni pretendemos que lo sea.

La primera sesión abre el camino a una recuperación, a ahondar más en cuestiones propias, a reenconrarnos con nosotros mismos o a sanar viejas heridas; pero es solo eso, el principio del camino.


¿Qué debo esperar de una primera sesión?

Como ya he comentado, en la primera sesión no se te van a solucionar los problemas que te generan malestar, pero sí que debe generarte cierto bienestar. Este bienestar está relacionado con habernos sentidos escuchados y comprendidos, sentir que nuestras emociones son válidas y tienen su espacio.


Sin embargo, saber que a la persona que le pago me escucha, no es lo único que debo llevarme al salir, sino que también tengo que haber obtenido la confianza de que esa persona puede ayudarme realmente, que conoce la materia y que ha suscitado la curiosidad o la necesidad de trabajar en mi mismo.


¿Qué pasa si el profesional no me cuadra?

Nos puede pasar que tras la primera sesión o las siguientes, veamos que no conectamos como nos gustaría con el profesional, y esto es completamente normal. Los psicólogos somos personas, no croquetas, por lo tanto, cada uno tenemos nuestra personalidad, valores y/o manías, que no tienen por qué cuadrar con nosotros.


Si ocurre esto, no tienes por qué seguir acudiendo a ese profesional, y en tu mano está querer ser más o menos sincero, aunque yo siempre recomiendo dar algún tipo de feedback al profesional sobre qué es lo que no te ha gustado o por qué no quieres continuar, pues esto, aparte de ayudarnos a no irnos "por la puerta trasera sin hacer ruido", le ayudará a dicho profesional a tener una información más exacta de que ha podido fallar.


Sin embargo, permíteme señalar, que a veces, los motivos por los que dejamos de ir a terapia no tienen que ver con el profesional, sino con lo que nos estamos encontrando en las sesiones. Puede que lo que estemos escuchando no nos agrade, por ejemplo, a la hora de llevar la razón o no en un conflicto con terceras personas, o que el proceso comience a ser más doloroso por abrir ciertas heridas, o que simplemente, dejemos de acudir porque ya nos encontramos "bien".

Siempre y cuando no nos hayamos sentido juzgados o invalidados por nuestro psicólogo, está bien hacer un ejercicio de auto análisis de qué es lo que nos impulsa a dejar la terapia, y si tiene que ver con nosotros mismos, o con el profesional.



Así en resumen, si has decidido inciciar un proceso terapéutico es importante que tengas paciencia y confianza en dicho proceso, y que tengas presente que un buen profesional no te va a juzgar y a invalidar, sino que te va a escuchar, acompañar y ayudar a desarrollar estrategias y herramientas definitivas para potenciar tu bienestar personal.


Si estas buscando un psicólogo en Albacete o psicólogo online, no dudes en contactarme.




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